CENTRO BÍBLICO SOBICAIN • Ver más

SÍGUENOS EN NUESTRO CANAL DE WHATSAPP • Ver más

QUIENES SOMOS • Ver más

El Domingo Digital

14 de julio: De la feria. Verde. San Camilo de Lelis, p. (ML). Blanco.

14 de julio: De la feria. Verde. San Camilo de Lelis, p. (ML). Blanco.

Chile San Pablo |

LECTURA Éx 1, 7-14. 22

Lectura del libro del Éxodo.

Los israelitas fueron fecundos y se multiplicaron, hasta convertirse en una muchedumbre numerosa. Mientras tanto, asumió el poder en Egipto un nuevo rey, que no había conocido a José. Él dijo a su pueblo: «El pueblo de los israelitas es más numeroso y fuerte que nosotros. Es preciso tomar precauciones contra él, para impedir que siga multiplicándose. De lo con­trario, en caso de guerra se pondrá de parte de nuestros enemigos, combatirá contra nosotros y se irá del país». En­tonces los egipcios pusieron a Israel a las órdenes de capataces, para que lo oprimieran con trabajos forzados. Así Israel construyó para el Faraón las ciu­dades de almacenamiento de Pitóm y Ramsés. Pero a medida que aumentaba la opresión, más se multiplicaba y más se expandía. Esto hizo que la presencia de los israelitas se convirtiera en un mo­tivo de inquietud. Por eso, los egipcios redujeron a los israelitas a la condición de esclavos, y les hicieron insoportable la vida, forzándolos a realizar trabajos extenuantes: la preparación de la ar­cilla, la fabricación de ladrillos y toda clase de tareas agrícolas. Entonces el Faraón dio esta orden a su pueblo: «Arrojen al Nilo a todos los varones recién nacidos, pero dejen con vida a las niñas». Palabra de Dios.

Comentario: El sujeto humano envuelto en esta situación de opresión y esclavitud no es un clan ni familia sino “los israelitas”, quienes se han constituido en un pueblo numeroso y son una amenaza para los egipcios. Ese modo de vida dura, opresión, es tomado en el relato como signo de la perdición, pero también como la oportunidad de “liberación”.

SALMO Sal 123, 1-8

R. ¡Nuestra ayuda está en el nombre del Señor!

Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte cuando los hombres se alzaron contra nosotros, nos habrían devora­do vivos cuando ardió su furor contra nosotros. R.

Las aguas nos habrían inundado, un torrente nos habría sumergido, nos habrían sumergido las aguas turbulen­tas. ¡Bendito sea el Señor, que no nos entregó como presa de sus dientes! R.

Nuestra vida se salvó como un pájaro de la trampa del cazador: la trampa se rompió y nosotros escapamos. Nuestra ayuda está en el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra. R.

ALELUIA Mt 5, 10

Aleluia. Felices los que son perse­guidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Aleluia.

EVANGELIO Mt 10, 34—11, 1

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.

Jesús dijo a sus apóstoles: «No pien­sen que he venido a traer la paz sobre la tierra. No vine a traer la paz, sino la espada. Porque he venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre y a la nuera con su suegra; y así, el hombre tendrá como enemigos a los de su propia casa. El que ama a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí. El que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida la perderá; y el que pierda su vida por mí la encontrará. El que los recibe a ustedes me recibe a mí; y el que me recibe, recibe a Aquél que me envió. El que recibe a un profeta por ser profeta tendrá la recompensa de un profeta; y el que recibe a un justo por ser justo tendrá la recompensa de un justo. Les aseguro que cualquiera que dé a beber, aunque sólo sea un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños por ser mi discípulo no quedará sin recompensa». Cuando Jesús terminó de dar estas instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí, para enseñar y predicar en las ciudades de la región. Palabra del Señor.

Comentario: Las palabras de Jesús son una paradoja, porque se contradicen con las esperanzas de todos los hombres que luchan y trabajan por la paz. Sin embargo, él no vino a este mundo para agradar a todos. De la misma manera, quien acepta ser su discípulo debe estar dispuesto a responder a todos los dones y valores que Dios nos regaló al crearnos.

Escribir un comentario

Tenga en cuenta que los comentarios se tienen que aprobar antes de que se publiquen.