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El Domingo Digital

Catequesis del Papa: Sanar nuestra comunicación en tiempos de ruido

Catequesis del Papa: Sanar nuestra comunicación en tiempos de ruido

Chile San Pablo |

En la Audiencia General del 30 de julio, en el marco del Año Jubilar 2025, el Papa León XIV nos ofreció una profunda meditación sobre el episodio del sordomudo en el Evangelio de Marcos (Mc 7,32-37). Bajo el lema “Jesucristo, nuestra esperanza”, el Santo Padre nos invitó a reflexionar sobre la sanación que todos necesitamos en una sociedad ruidosa, hiperconectada pero paradójicamente más incomunicada que nunca.

Un mundo que necesita curación

También este tiempo que estamos viviendo necesita curación”, afirmó el Papa con claridad. Y es cierto: vivimos bombardeados por imágenes, mensajes y emociones contradictorias que terminan por aturdirnos. En medio de este torbellino, muchos optan —consciente o inconscientemente— por encerrarse en sí mismos, por no hablar o no escuchar más. Por temor, por decepción, por cansancio.

El Papa describió con sensibilidad esta herida contemporánea: el deseo de apagar todo, de no sentir, de no arriesgar una palabra que pueda ser malinterpretada. En este escenario, la figura del sordomudo del Evangelio cobra una nueva actualidad: es imagen de tantos que hoy se sienten incomprendidos o dañados por lo que han oído y, como defensa, han elegido el silencio.

El gesto sanador de Jesús

Jesús no solo sana, también comprende. Lo primero que hace con el hombre es llevárselo aparte, lejos del bullicio. Allí, con gestos cargados de ternura, toca sus oídos y su lengua, y pronuncia una sola palabra: “¡Effetá!”, es decir, “¡Ábrete!”. Esta escena no es solo un milagro físico: es una invitación a abrirse de nuevo a la vida, a las relaciones, a la comunicación verdadera.

Cerrarse no es solución. La incomunicación no sana, solo aísla más. Pero Jesús no fuerza: ofrece su cercanía y su poder de transformación. Luego del encuentro con Él, el hombre vuelve a hablar “normalmente”. Como bien lo señala el Papa, esa normalidad indica algo más profundo: sanar no es solo recuperar la voz, sino también aprender a usarla con verdad y respeto.

Camino de discípulos

Sin embargo, Jesús le pide que no hable aún de lo sucedido. ¿Por qué este aparente silencio? Porque conocer verdaderamente a Cristo exige tiempo, intimidad y el paso por la cruz. No hay atajos. Solo el que camina con Jesús hasta la Pasión y la Resurrección puede hablar de Él como testigo auténtico.

Un llamado para hoy

El mensaje de esta catequesis no puede ser más actual. En un mundo donde muchas palabras hieren y pocas sanan, el Papa nos anima a revisar nuestra forma de comunicarnos. A ser prudentes, honestos y compasivos. A no ser eco del ruido, sino puentes de escucha y diálogo.

Y como Iglesia, tenemos una tarea: llevar a cada persona —especialmente a quienes se sienten aislados o silenciados— al encuentro con Jesús. Solo Él puede tocar nuestras heridas más profundas y devolvernos la voz y la esperanza.

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