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El Domingo Digital

30 de septiembre: San Jerónimo, p. y d. (MO). Blanco.

30 de septiembre: San Jerónimo, p. y d. (MO). Blanco.

Chile San Pablo |

Concluye el Mes de la Biblia.

Leccionario Santoral: 2Tim 3, 14-17; Sal 118, 9-14; Mt 13, 47-52.

LECTURA Zac 8, 20-23

Lectura de la profecía de Zacarías.

Así habla el Señor de los ejércitos: Vendrán asimismo pueblos y habitantes de muchas ciudades. Los habitantes de una ciudad irán a otra, diciendo: «Vamos a apaciguar el rostro del Señor y a buscar al Señor de los ejércitos; yo también quiero ir». Pueblos numerosos y naciones poderosas vendrán a Jeru­salén a buscar al Señor de los ejércitos y a apaciguar el rostro del Señor. Así habla el Señor de los ejércitos: En aquellos días, diez hombres de todas las lenguas que hablan las naciones, tomarán a un judío por el borde de sus vestiduras y le dirán: «Queremos ir con ustedes, porque hemos oído que Dios está con ustedes». Palabra de Dios.

Comentario: El relato presenta una serie de oráculos que muestran cómo Dios intenta salvar a su Pueblo. En efecto, él plantea que hará volver a los dispersos y con ello promete restablecer la Alianza: “Porque ellos serán mi pueblo, y Yo seré su Dios auténtico y legítimo”. Todo este cambio o restauración es lo que traerá la paz, la prosperidad y bienestar para Israel.

SALMO Sal 86, 1-7

R. ¡Dios está con nosotros!

¡Ésta es la Ciudad que fundó el Señor sobre las santas Montañas! Él ama las puertas de Sión más que a todas las moradas de Jacob. Cosas admirables se dicen de ti, Ciudad de Dios. R.

«Contaré a Egipto y a Babilonia entre aquéllos que me conocen; filisteos, tirios y etíopes han nacido en ella». R.

Así se hablará de Sión: «Éste, y también aquél, han nacido en ella, y el Altísimo en persona la ha fundado». R.

Al registrar a los pueblos, el Señor escri­birá: «Éste ha nacido en ella». Y todos cantarán, mientras danzan: «Todas mis fuentes de vida están en ti». R.

ALELUIA Mc 10, 45

Aleluia. El Hijo del hombre vino para servir y dar su vida en rescate por una multitud. Aleluia.

EVANGELIO Lc 9, 51-56

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Cuando estaba por cumplirse el tiempo de su elevación al cielo, Jesús se encaminó decididamente hacia Jerusalén y envió mensajeros delante de Él. Ellos partieron y entraron en un pueblo de Samaría para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron porque se dirigía a Jerusalén. Cuando sus discípulos Santiago y Juan vieron esto, le dijeron: «Señor, ¿quieres que mandemos caer fuego del cielo para consumirlos?». Pero Él se dio vuelta y los reprendió. Y se fueron a otro pueblo. Palabra del Señor.

Comentario: Los samaritanos no se hablaban con los demás judíos que baja­ban a Jerusalén. Por eso los Apóstoles le preguntan a Jesús si quiere que pidan que les caiga fuego del cielo. Esta propuesta molestó más a Cristo que la ofensa recibida por el pueblo. ¿No vino Cristo a morir por amor a toda la gente de ayer, de hoy y de siempre? Jesús quiere realizar su misión no según los criterios humanos, sino de acuerdo con los criterios del servicio, el amor, la renuncia, pero eso implica el rechazo y la persecución.

 

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