El pueblo, ubicado a 60 kilómetros al noreste de La Serena, conmemoró un siglo desde la bendición de su capilla, reuniendo a fieles, bailes religiosos y familias que retornan año tras año para dar vida a esta tradición centenaria.
La pequeña pero significativa comunidad de Almirante Latorre, perteneciente a la parroquia “San Juan Evangelista”, celebró este 11 y 12 de octubre su fiesta patronal en honor a Santa Teresita del Niño Jesús, recordando la bendición de la capilla que, en 1925, fue erigida por un sacerdote franciscano de origen francés junto a la comunidad.
Ubicada en medio del paisaje semiárido de la Región de Coquimbo, esta localidad que llegó a contar con estación ferroviaria, retén de carabineros, escuelas y oficinas públicas, fue un importante punto de paso para el Ferrocarril Longitudinal hasta 1975. Con el cierre de las estaciones y la sequía, gran parte de sus habitantes emigraron, aunque la fiesta religiosa se mantuvo viva, reuniendo hoy a miles de peregrinos que vuelven para agradecer a Dios y reencontrarse con sus raíces.
La celebración que inició el sábado 11 de octubre incluyó la santa Misa, seguida de la tradicional Procesión de los Faroles, donde la luz guía el caminar de los fieles acompañando a las imágenes de Santa Teresita y la Virgen del Carmen. El domingo 12 inició con la bendición de las tumbas en el cementerio local. En horario de la tarde, se celebró la santa Misa solemne para posteriormente vivir la procesión principal, marcada por cantos, danzas de los bailes religiosos y un homenaje a antiguos pobladores.
El párroco de la localidad, Pbro. Renato Riveros, destacó el profundo valor de esta celebración centenaria: “Son 100 años de la comunidad cristiana, de la capilla, que celebra lo que ha sido transmitido en la fe por varias generaciones y que sigue hacia adelante. Si bien no son numerosas las familias que viven actualmente en el pueblo, en cada fiesta todo se transforma. Hay gran aprecio hacia la comunidad, lo he percibido en quienes vivieron allí. Hoy, todo se concentra en ciudades más grandes, pero los fieles mantienen esta tradición y la transmiten a las nuevas generaciones. Por eso es una fiesta grande, preparada con emotividad durante meses por familias que han cuidado este legado”.
El P. Renato también se refirió a la alegría y la necesidad de seguir preservando esta celebración con el pasar de los años: “Felicito de corazón a esta querida comunidad por los 100 años y los animo a seguir adelante, traspasando la fe y nuestras tradiciones a las nuevas generaciones”, añadió el párroco.
Freddy Contreras, devoto del sector, destacó: “Desde niño he sido parte de esta fiesta y unirme en la procesión me motiva por la devoción que le tengo a Santa Teresita”. Por su parte, Pedro Piñones Urbina, presidente del Centro de Hijos y Amigos de Almirante Latorre, subrayó: “Lo impresionante de esta celebración que tiene 100 años de tradición es que la gente se mantiene entusiasmada porque pese al tiempo tiene un vínculo con este sector, aunque algunos ya no vivan aquí”.
La comunidad, acompañada de visitantes y peregrinos, celebró con gratitud a Dios y espíritu de fraternidad un siglo de devoción a Santa Teresita, confirmando que esta tradición, aun con el paso del tiempo, continúa viva y arraigada en la historia de su gente.