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El Domingo Digital

"Dios no espera al terreno perfecto": El Papa León XIV y la parábola del sembrador

"Dios no espera al terreno perfecto": El Papa León XIV y la parábola del sembrador

Chile San Pablo |

Este miércoles, ante la multitud reunida en la Plaza de San Pedro, León XIV ofreció su primera audiencia general como Sucesor de Pedro. Con palabras sencillas y profundas, el nuevo líder de la Iglesia Católica, retomó el ciclo de catequesis iniciado por su predecesor, el Papa Francisco, bajo el lema jubilar: "Jesucristo, nuestra esperanza". Y lo hizo a partir de una de las parábolas más emblemáticas del Evangelio: la del sembrador.

Con voz serena, pero firme, León XIV nos recordó que las parábolas de Jesús no son solo relatos piadosos. Son palabras lanzadas como semillas que provocan, cuestionan y despiertan. “Cada parábola cuenta una historia tomada de la vida cotidiana, pero quiere decirnos algo más”, señaló, añadiendo que “nos remite a un significado más profundo. Nos lanza delante una palabra que nos empuja a interrogar el corazón”.

El sembrador: una imagen de Dios “derrochador”

Lo llamativo de la enseñanza del Papa fue su énfasis en el sembrador como una figura que escandaliza por su generosidad. “Arroja la semilla incluso donde es improbable que dé fruto: en el camino, entre las piedras, entre los espinos”. Lejos de actuar con cálculo, este sembrador se comporta como Dios: “un Dios que no mide, que no espera al terreno perfecto, sino que confía en todo tipo de suelo, en toda clase de corazón”.

Para León XIV, esta parábola es un espejo. En ella, no solo se retrata el actuar de Dios, sino también nuestra disposición a acoger su Palabra. A veces somos terreno seco, otras veces pedregoso o lleno de espinas. Pero incluso entonces, dijo el Obispo de Roma, “Dios confía y espera que tarde o temprano la semilla florezca”.

Jesús, la semilla que muere para dar fruto

La catequesis también conectó con la vida misma de Cristo. Jesús no solo anuncia la Palabra, Él es la Palabra. Él es la Semilla. Y como toda semilla que da fruto, también Él tuvo que morir. “Dios está dispuesto a ‘desperdiciarse’ por nosotros”, afirmó León XIV, evocando con fuerza el misterio pascual.

El Papa compartió además una imagen que lo conmovió: El sembrador al atardecer, de Van Gogh. En esa pintura, el sembrador se mueve bajo un sol abrasador y detrás de él, el trigo ya está maduro. “Me parece una imagen de esperanza”, dijo el Santo Padre. “No sabemos muy bien cómo, pero la semilla ha dado fruto. Y en el centro de la escena no está el sembrador, sino el sol. Tal vez para recordarnos que es Dios quien mueve la historia”.

Una invitación a la esperanza activa

El mensaje final del Papa fue claro y directo: no importa en qué momento de nuestra vida estemos, ni cuán preparado esté el terreno de nuestro corazón. Lo esencial es no cerrarnos a la Palabra, no resignarnos, y pedir al Señor que siga trabajando la tierra de nuestra alma.

En tiempos de incertidumbre, cuando muchas voces compiten por nuestra atención, el Papa León XIV nos invita a confiar en la semilla del Evangelio. Una semilla humilde, paciente y poderosa, que sigue cayendo —sin medida— en los surcos de nuestra vida.

Así, la primera catequesis de los días miércoles concluyó con una invitación: “Los animo a contemplar con esperanza esta maravillosa imagen del Señor derramando su amor en nuestro corazón. Pidámosle, sin desanimarnos, que sea Él quien lo transforme en tierra fecunda, que da fruto sin que nosotros sepamos cómo. Que Dios los bendiga. Muchas gracias”.

 

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