Por: Juan Alejandro Castro Guerrero, Psicólogo, Administrador del colegio de lenguaje Alberto Hurtado, comuna de Villa Alemana sector Peña Blanca.
Bruno está sentado en el banco de los secretos, observando la dinámica de la entrada de los alumnos al colegio. De manera general, los pequeños ingresan con sus padres, con miradas de alegría; los de básica, acompañados por algún adulto más allá de la paternidad; los de media, solos o con algún compañero. Bruno conocía bien a las personas de su pueblo, con esta observación, la conducta de alumnos y de adultos era un mensaje claro de comunicación no verbal.
Sonó el timbre de la entrada a clase, se paró y se dirigió al colegio. Hoy haría un taller de vocaciones al cuarto medio. Después de los saludos protocolares, entró a la sala de los jóvenes. Luego de un saludo cordial, sin decir palabras escuchabas a los alumnos conversar. Poco a poco se fueron terminando los ruidos, hasta llegar al silencio de atención.
“Estimados alumnos hoy abordaremos las vocaciones, para ir descubriendo sus talentos, gustos, y habilidades”, les dijo.
Un alumno levantó la mano y le propuso algo distinto: “Don Bruno podríamos hoy hablar de la muerte, los últimos acontecimientos han afectado mucho a mi familia… Me refiero a la muerte del papa Francisco”. Bruno quedo pensativo y respondió: “los acontecimientos del diario vivir nos regalan el aprendizaje, lo importante es estar atentos”.
Bruno continuó explicando: “La muerte es una perdida, según los vínculos personales que se tenga con la persona será su importancia, densidad, afectividad, y pensamiento lo que vivimos cada persona, como les dije de acuerdo con el vínculo”.
-“Pero el papa Francisco vivía lejos, no entiendo …”, manifestó Luis, uno de los alumnos, a lo que Bruno le contestó de esta manera: “No importa la distancia, si la persona encuentra admiración por su vida, su consecuencia y su conducta eso puede ser motivo de crecimiento interior y exterior”.
-“Yo no sabía mucho del Papa, solo que era muy humilde y sencillo”, planteó José, otro de los muchachos presentes en la sala.
Uno a uno, los alumnos fueron planteando lo que pensaban y admiraban del Papa: “Tenía una comunicación clara y cercana”, “su capacidad de tomar decisiones”, “una mirada innovadora”, “colaboró y aceptó distintos puntos de vista”, “la oración como fortaleza,” “solía andar en bicicleta y era socio del equipo San Lorenzo”. Las risas llenaron la sala y,0 sin inmutarse, el alumno agregó: “¡¡tuvo polola!!”. Más risas.
Bruno tomó la palabra. “Todo lo que han dicho es cierto, a las personas a veces se les rotula según su rol. Es importante lo que dice el alumno Nicolas: las personas tienen una historia personal, familiar, de compromisos, etcétera. Eso lo hace conectado con su misión de vida; lo valioso es si es fiel a su propósito de vida. ATENCIÓN con el poder, porque cambia mucho a las personas buenas; las aparta del bien trazado, pero este no es el caso. El papa Francisco nos dejó una reflexión de bien. Al parecer, un legado junto con el papa León XIV”.
“Alumnos: hemos tocado el tema de la muerte, la perdida. ¿Algunos de ustedes últimamente han perdido a un ser querido? Pueden compartir”, preguntó Bruno.
-Yo, a mi abuelito. Era un gran hombre que me enseñó muchas cosas. Lo extraño.
-Yo, a mi tía Sonia, hermana de mi mama. Cuando venía a vernos siempre me traía algo.
-Yo. Mi papá dice que no sabe por qué, pero sintió la muerte de José Mujica.
- Yo. Como ustedes saben, mi mamá murió el año pasado. Mi dolor es diario.
-Yo, y no se rían: la muerte de Solitario nuestro perrito, que lo tenía desde chico. Lo lloré mucho.
-Yo. No es que esté muerto, pero es como si lo estuviera: cuando mi papá nos dejó.
-Yo. Tenía un pololo y nos queríamos mucho, y por trabajo de su papá, se tuvo que ir.
Bruno citó: “el duelo puede ser definido como una perdida irreversible, de un vínculo afectivo por muerte o ruptura relacional definitiva, afecta según la relación con la persona. El duelo corresponde a una experiencia personal, familiar y cultural que incluye aspectos cognitivos, emocionales, conductuales y sociales, aun cuando es una experiencia personal el modo de vivirla estaría estrechamente ligada a los patrones internacionales y culturales”.
“La duración del duelo normal puede extenderse desde los seis meses a dos años, emocionalmente se moviliza la tristeza por la perdida, la rabia y el cuestionamiento”, les planteó también. “Siempre estaré dispuesto abordar un tema de su interés más allá de lo programado, les enviaré los autores de las citas señaladas”, dijo Bruno, para ir cerrando el tema.
La clase continuó con anécdotas. Cuando sonó el timbre para el recreo, a los jóvenes -esta vez- les habría gustado saltárselo para poder seguir hablando del tema. Bruno dejó la sala, fue a la sala de profesores y se tomó un café con los docentes. Como era mayo, el piso estaba húmedo con la lluvia del día anterior, el sol entre nubes. Bruno caminó sin prisa a su casa: el tema de la muerte le trajo una reflexión acerca de sus propios duelos y sus pérdidas.
Bruno llegó a su casa y lo recibió Delfina con un beso: “¿Cómo te fue hoy con tus vocaciones?” Bruno sonrió: “La muerte tomó su lugar “, fue su respuesta.
“Buen tema, la vida nos da la oportunidad para amar, tener acciones de bien, proyectos con otros, sembrar no solo semillas, y cuando la muerte llegue, vivirás, trascenderás y para los más amados nunca morirás”, le dijo Delfina.
2 comentarios
Gran tema Juan Alejandro. Gracias por compartir. Ayer celebramos 2 años de la partida de la mayor de mis cuñadas, Maria Gracia, una mujer valiente, extrovertida, alegre, con una muy actitud positiva que era eje de la familia de mi esposa. Después de este tiempo, algunos hermanos siguen sintiendo su ausencia. Las personas permanecen en nuestra mente y corazón pero dejar el duelo, el sentido de abandono y el desazón a veces se hacen difíciles.
Emotiva narrativa de la experiencia de Bruno en clases , la atención que logro de sus alumnos y la respuesta a su tema expuesto me llevaron a reflexionar sobre como debemos enfrentar nuestros sentimientos ante la pérdida de seres queridos que nos anteceden. Delfina una mujer de mucha fe dice una gran verdad , mientras los recordemos ellos seguirán vivos entre nosotros . Felicitaciones al autor . Me encantó .