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El Domingo Digital

Gracias eternas

Gracias eternas

Chile San Pablo |

Por: Juan Alejandro Castro Guerrero, Psicólogo, Administrador del colegio de lenguaje Alberto Hurtado, comuna de Villa Alemana sector Peña Blanca.

10 de marzo, 19 horas. Una tarde agradable antes de la llegada del otoño. En este pequeño pueblo las tradiciones siguen manteniéndose y algunas nuevas que se van incorporando. La invitación es abierta, al igual que la participación. Llegan personas de todos lados, de todas las edades; el evento se llama “Proclama la vida y da gracias”.

El lugar, ambientado para la ocasión, un hermoso escenario, con músicos locales, comida típica, sopaipillas, arrollados con pan amasado, humitas, pastel de choclo, y más. Sin olvidar las delicias dulces, hay para todos los gustos; este año Bruno sería el anfitrión o conductor del evento. Suenan los compases, Bruno mira la cantidad de personas reunidas de todas las edades, se dirige al público: “Estimados vecinos que alegría estar aquí, compartiendo con ustedes la vida, para las personas que vienen por primera vez, les comento que los protagonistas son ustedes, proclamemos la vida, agradeciendo el hoy… así el mañana nos recibirá con esperanza y una mejor calidad de vida”.

 Los músicos parten con el canto “Gracias a la vida” de Violeta Parra, (“Gracias a la vida que me ha dado tanto…”). Las personas se unen a la canción con fuerza, con miradas a los más queridos. Terminada la canción, Bruno se dirige a las personas presentes, invitándolos libremente a ser protagonistas.

Sube una mujer joven de unos 30 años y dice: “Quiero dar gracias por mi emprendimiento, que partió incipientemente y ahora es nuestro ingreso familiar…”. Un hombre, con algunas canas, dice: “Quiero dar gracias por la tierra buena que hace germinar las semillas sembradas…”.

Una señora con mucha dificultad sube, mira al público y dice: “quiero dar gracias al Dios de la vida por mi salud, que a pesar de lo que ven, soy independiente y agradecida…”.

Un niño con ojitos de ternura: “gracias, papá y mamá por quererme…”.

Marcial un campesino, de tomo y lomo: “gracias por el trigo, la trilla separando el grano de trigo de la paja, gracias por esta tradición, y por juntarnos a celebrarlo…”.

Un joven dice: “gracias por la tecnología, que nos ha ayudado a estar más conectados…”.

Un matrimonio sube y juntos leen: “gracias por estos años que hemos vivido juntos de penas y risas; de logros y obstáculos, que a pesar de la diferencia nos han mantenido juntos. Gracias por este amor que ha ido cambiando y siempre ha estado…”.

 Los testimonios se fueron dando con aplausos de los presentes, Bruno se dirige a todos: “Hoy como cada año, estarán el alcalde el Don Ismael López, nuestro querido párroco y como invitado Agustín Pizarro, profesor de la universidad”.  Suena la canción de Denise Rosental (“soy un castillo imperfecto… Así yo voy construyendo, con mis virtudes y defecto lo que soy…”) Sube al escenario el alcalde y dice: “Doy gracias por su confianza en mí, espero estar a esa altura, hemos logrado muchas cosas para estar agradecidos. Doy gracias por la comunicación que tienen con nosotros de apoyo y verdad con una mirada más allá de los obstáculos…por todo y más, gracias, gracias”. 

Bruno reconoce entre los presentes a un hombre sencillo y honesto quien sube al escenario. Es el párroco, quien en un fraterno abrazo se saluda con el alcalde; Bruno dice “sin mucho preámbulo dejo con ustedes a nuestro querido párroco”. El párroco en forma pausada dice: “El Dios de la vida está aquí y ahora, de muchas maneras, en los testimonios escuchados, en esta fiesta, nuestra fiesta costumbrista. Quiero dar gracias por esta maravillosa misión de ser párroco de este lugar hermoso. Al llegar, hace muchos años, nunca imaginé como crecería mi fe con ustedes, gente de paz, compromiso, generosa, amparable, trabajadora; de ustedes aprendí vivir al Dios de la vida en sus miradas, en su trabajo, en sus dolores, en sus alegrías…  doy gracias a ustedes, y a nuestro amado Dios presente”.

Los aplausos retumbaron y solo la música los apagó. La canción de Diego Torres “Color esperanza” resuena (“…Saber que se puede, querer que se puede, quitarse los miedos, sacarlos afuera…pintarse la cara, color esperanza, tentar al futuro con el corazón…”)

Bruno sonriendo, miró a todos, quería sacar una foto con su memoria y recordar este acontecimiento junto a su amada Delfina, en los tiempos venideros. Bruno se dirige a los presentes: “hoy nos acompaña el profesor Agustín, me pidió que solo lo anunciara, nada de currículum; él había asistido el año pasado en viaje casual, eso es más que suficiente”. Agustín sube al escenario y dice: “Quiero dar gracias por estar aquí. La psicología humanista es una corriente que se centra en el ser humano de forma holística, enfatizando la experiencia subjetiva, la libertad, la creatividad y la búsqueda de sentido. El sentido de vida: Trascender a las dificultades y descubrir una verdad que nos orienta y dar sentido a nuestra vida”, (Viktor Frankl).

Agustín agrega: “Encontrando el sentido de tu vida, más allá de las dificultades, podrás dar gracias eternas y que los obstáculos no desvíen ese sentido de vida”.

Bruno dice: “¿Y TÚ querido lector, porqué darías gracias?”

Haremos un alto para ir a disfrutar de las delicias de esta fiesta, seguiremos dando gracias eterna, al Dios de la vida, en esta fiesta y en nuestras vidas”.

 

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