Con el lema “Semillas de paz y esperanza”, el Papa León XIV ha ofrecido su mensaje para la X Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, una fecha que cobra especial relevancia al coincidir con el décimo aniversario de la encíclica Laudato si’ y en pleno Año Jubilar. El Pontífice ha dirigido un profundo llamado espiritual y práctico a todos los creyentes y personas de buena voluntad: "Es hora de pasar de las palabras a los hechos."
Inspirándose en la imagen evangélica de la semilla, que brota incluso en los terrenos más áridos, el Santo Padre recordó que Cristo mismo se compara con el grano de trigo que muere para dar fruto. De igual modo, cada persona está llamada a convertirse en semilla de transformación, capaz de generar vida nueva incluso en medio de los desiertos sociales, ecológicos y espirituales del mundo actual.
“El Espíritu de Dios es capaz de transformar el desierto en vergel”, afirmó el Papa, citando al profeta Isaías. Esta visión de esperanza, sin embargo, no puede desligarse de una acción concreta y comprometida. “La justicia y el derecho parecen arreglar la inhóspita naturaleza del desierto”, afirmó, subrayando que la oración debe ir acompañada de decisiones y gestos concretos que encarnen la caricia de Dios sobre el mundo.
Un llamado urgente ante la crisis global
León XIV advirtió con firmeza sobre las múltiples heridas que afectan a la creación: deforestación, contaminación, pérdida de biodiversidad y el aumento de fenómenos climáticos extremos. “Parece que aún no se tiene conciencia de que destruir la naturaleza no perjudica a todos del mismo modo”, afirmó, denunciando que los más pobres y marginados —como las comunidades indígenas— son los más afectados.
Además, el Papa lamentó que la propia naturaleza sea usada como moneda de cambio político o económico, convirtiéndose en campo de batalla por el control de los recursos vitales. Frente a estas dinámicas destructivas, recordó que la Biblia no promueve el dominio despótico del hombre sobre la creación, sino una relación de “reciprocidad responsable” basada en el cultivo y el cuidado.
Ecología integral: una cuestión de fe
Más allá de una preocupación ambiental, el mensaje papal sitúa la justicia ecológica como una exigencia teológica y humana. “El cuidado de la creación se convierte en una cuestión de fe y de humanidad”, afirmó, subrayando que no es un aspecto opcional de la vida cristiana, sino parte esencial de una existencia virtuosa.
Entre las iniciativas destacadas, el Pontífice mencionó el proyecto “Borgo Laudato si’” en Castel Gandolfo, legado del Papa Francisco. Esta experiencia educativa busca ser un modelo vivo de ecología integral, donde se aprenda a vivir, trabajar y formar comunidad según los principios de la encíclica.
Una bendición y una esperanza confiada
El mensaje concluye con una oración al Espíritu Santo para que “estas semillas den frutos abundantes de paz y esperanza”. León XIV confía en que la inspiración de Laudato si’ siga animando a muchos a recorrer el camino de la ecología integral como respuesta concreta al clamor de la tierra y de los pobres.
En un mundo herido por conflictos, desigualdades y crisis ambientales, el Papa propone la esperanza cristiana como motor de transformación: “Con la gracia de nuestra gran e inquebrantable Esperanza, Cristo Resucitado”.