Bruno, Delfina y unos amigos viajaron por invitación a una charla sobre el tema “No dejes que la vida corra sin disfrutarla”.
Después de una emotiva presentación entró un hombre, con una sonrisa, mirando al público. Cuando bajó del escenario, fue saludando a las personas de las últimas filas hasta las primeras. Luego, subió al escenario e hizo una reverencia, mirando a todos, y dijo: “Mi nombre es Rogelio”, y añadió: “La edad no define a las personas, sino su valoración de su día a día”.
Antiguamente se tomaban fotografías, con máquinas y el sistema de rollos, para recordar momentos especiales. Hoy la tecnología nos trae el celular, y tomamos fotos y videos, los cuales dejan un recuerdo momentáneo de ese instante y que después de un tiempo se borran. Además, se guardaban esos momentos importantes en la memoria, no importaba los años de esos recuerdos. En efecto, la prueba de eso era cómo los abuelos nos relataban los hechos con muchos detalles, eran sus momentos dorados, su memoria de largo plazo intacta.
Les comento que el día tiene 86.400 segundos
Se sabe que los segundos rescatados entre el sol y la luna, que hacen una diferencia, por quien lo vive, los cuenta y quien los recibe. Algunos pequeños ejemplos.
1. Soñaba con ir a Chile Chico, partí solo. ¡Qué viaje más hermoso!, nunca estuve solo.
2. Cumplimos 40 años casados, en una corta caminata, mirando el paisaje. Se hizo un silencio, me miraste y dijiste, te amo. El tiempo se detuvo, te tomé las manos y te besé tiernamente, sin más caminamos, por la dicha de tenernos.
3. Miraba a mi pequeña de 10 meses, se paró sola, dio un paso, solo uno, corrí abrazarla.
4. Cuando vamos a vuestra casa, nos llenan de cariño, amistad, con un rico té de hoja.
5. Vivo en Puerto Ibáñez. Somos 1.000 habitantes, gracias al Dios de la vida por vivir allí.
6. Conocí a mi mujer cuando ella tenía 13 años. Mujer hermosa de lindo pelo negro, me paralicé, ella pasó sin verme, la busqué y la encontré. No fue fácil, al tiempo nos casamos y sin nada en los bolsillos, ella creyó en mí, sí creyó en mí y seguimos juntos.
7. Mi cuerpo está más lento, mi canto no, hoy canto con mi querida guitarra de ayer.
8. Llegan las hijas pequeñas a pedir juego, se suma el pequeño, travesura con amor.
9. Hoy con ganas de vivir, ayer quedaron mis achaques, al ver a mi querida nieta.
10. Salí al patio, mis perritos regalones, me recibieron, con sus colitas dinámicas, saltaban.
Los días pasan rápidos, como las semanas, los meses y los años. ¡Atención!, un alto, 86.400 segundos tiene el día: atesora cada momento de felicidad, en tu memoria, por mientras más segundos dorados tengas cada día, tu vida tendrá un sentido, y serás feliz. Atento debes estar, la depresión se aleja y la autoestima se acerca.
Los segundos dorados están:
En la familia, en el trabajo, en el deporte, con los amigos, en los proyectos, en cada día de gratitud, donde tú decidas estar o hacer y si El Dios de la Vida está presente, mucho mejor.
Para dar una sonrisa solo hace falta un segundo, para un abrazo verdadero, ocho segundos.
Para decir “te quiero” y “gracias”, menos de lo que piensas. Disfruta tus 86.400 segundos: que no se pierdan en el mar, ni se los lleve el viento; que los miedos no te paralicen, atrévete.
Les quiero dar las gracias, por los segundos compartidos, por los saludos, la sorpresa, por su presencia. Esta no es una charla, es una experiencia de vida para compartirla.
Lo que sí sé, es que pasarán muchos 86,400 segundos para volver a vernos. No visitaré donde vives: lo importante es visitar tu interior y así vivirás momentos inolvidables. Antes de partir, un abrazo de ocho segundos que será la motivación de su viaje.
En la sala los abrazos no se hicieron esperar, así como los aplausos y minutos dorados.
Afuera, Delfina comentó: “qué experiencia más enriquecedora. Sin darme cuenta, pasa el tiempo sin estar atenta, entre la cocina, los hijos, los nietos, los quehaceres, y compromisos. El tiempo corre… Desde el lunes, estamos esperando el fin de semana, para algo especial, sin considerar que cada momento puede ser especial. El Dios de la vida presente en cada persona, en los acontecimientos, en la naturaleza nos da su mensaje de aprendizaje y amor”.
Bruno dice: “Amigos, demos gracias por esos momentos llamados segundos dorados, una mirada positiva a las personas sin perjuicio, nada es fácil, como dicen el querer es poder”.
Delfina agregó: “Una mirada positiva nos conecta con otros, en empatía, comunicación afectiva, confianza, respeto, y se devuelve en bienestar propio”.
Los minutos dorados, son importantes, es la fotografía de las emociones vividas dijo Bruno. Además, debemos estar atentos a celébralos con una sonrisa, un abrazo, un gesto de valoración, para que el reloj de los 86.400 segundos no corra, y nos deje fuera.