Leccionario Santoral: Is 61, 1-3; Sal 88, 2-5. 21-22. 25. 27; Mt 25, 31-40.
LECTURA Sab 2, 23—3, 9
Lectura del libro de la Sabiduría.
Dios creó al hombre para que fuera incorruptible y lo hizo a imagen de su propia naturaleza, pero por la envidia del demonio entró la muerte en el mundo, y los que pertenecen a él tienen que padecerla. Las almas de los justos están en las manos de Dios, y no los afectará ningún tormento. A los ojos de los insensatos parecían muertos; su partida de este mundo fue considerada una desgracia y su alejamiento de nosotros, una completa destrucción; pero ellos están en paz. A los ojos de los hombres, ellos fueron castigados, pero su esperanza estaba colmada de inmortalidad. Por una leve corrección, recibirán grandes beneficios, porque Dios los puso a prueba y los encontró dignos de Él. Los probó como oro en el crisol y los aceptó como un holocausto. Por eso brillarán cuando Dios los visite, y se extenderán como chispas por los rastrojos. Juzgarán a las naciones y dominarán a los pueblos, y el Señor será su rey para siempre. Los que confían en Él comprenderán la verdad y los que le son fieles permanecerán junto a Él en el amor. Porque la gracia y la misericordia son para sus elegidos. Palabra de Dios.
Comentario: El libro de la Sabiduría pone a la «justicia» como norma de vida para afrontar la fugacidad de esta. Nuestra vida no termina en este mundo. Dios nos creó incorruptibles con una semilla de la perpetuidad desde el principio. A cambio, Dios espera nuestra fidelidad y que vivamos purificándonos del mal que nos rodea y del Maligno que nos acecha.
SALMO Sal 33, 2-3. 16-19
R. ¡Bendeciré al Señor en todo tiempo!
Bendeciré al Señor en todo tiempo, su alabanza estará siempre en mis labios. Mi alma se gloría en el Señor: que lo oigan los humildes y se alegren. R.
Los ojos del Señor miran al justo y sus oídos escuchan su clamor; pero el Señor rechaza a los que hacen el mal para borrar su recuerdo de la tierra. R.
Cuando ellos claman, el Señor los escucha y los libra de todas sus angustias. El Señor está cerca del que sufre y salva a los que están abatidos. R.
ALELUIA Jn 14, 23
Aleluia. «El que me ama será fiel a mi palabra, y mi Padre lo amará e iremos a él», dice el Señor. Aleluia.
EVANGELIO Lc 17, 7-10
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús dijo a sus discípulos: Supongamos que uno de ustedes tiene un servidor para arar o cuidar el ganado. Cuando éste regresa del campo, ¿acaso le dirá: «Ven pronto y siéntate a la mesa»? ¿No le dirá más bien: «Prepárame la cena y recógete la túnica para servirme hasta que yo haya comido y bebido, y tú comerás y beberás después»? ¿Deberá mostrarse agradecido con el servidor porque hizo lo que se le mandó? Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les mande, digan: «Somos simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber». Palabra del Señor.
Comentario: Los discípulos misioneros de Jesús aprendemos a ser, ante todo, simples servidores y a no reclamar salarios por trabajar con y para él. Para adquirir esta meta es necesario madurar en las relaciones de confianza con el Señor. Solo entonces podemos experimentar que Dios se deja ganar en generosidad.