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Rerum Novarum, the social encyclical of Leo XIII

3 de octubre: De la feria. Verde.

3 de octubre: De la feria. Verde.

Chile San Pablo |

LECTURA Bar 1, 15-22

Lectura del libro de Baruc.

Al Señor, nuestro Dios, pertenece la justicia; a nosotros, en cambio, la vergüenza reflejada en el rostro, como sucede en el día de hoy: vergüenza para los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén, para nuestros reyes y nuestros jefes, para nuestros sacer­dotes, nuestros profetas y nuestros padres. Porque hemos pecado contra el Señor, le hemos sido infieles y no hemos escuchado la voz del Señor, nuestro Dios, que nos mandaba seguir los preceptos que Él puso delante de nosotros. Desde el día en que el Señor hizo salir a nuestros padres del país de Egipto, hasta el día de hoy, hemos sido infieles al Señor, nuestro Dios, y no nos hemos preocupado por escuchar su voz. Por eso han caído sobre nosotros tantas calamidades, así como también la maldición que el Señor profirió por medio de Moisés, su servidor, el día en que hizo salir a nuestros padres del país de Egipto, para darnos una tierra que mana leche y miel. Esto es lo que nos sucede en el día de hoy. Nosotros no hemos escuchado la voz del Señor, nuestro Dios, conforme a todas las palabras de los profetas que Él nos envió. Cada uno se dejó llevar por los caprichos de su corazón perverso, sirviendo a otros dioses y haciendo el mal a los ojos del Señor, nuestro Dios. Palabra de Dios.

Comentario: Del relato se desprende un reconocimiento de las culpas, las que están determinadas por la “justicia de Dios”. Es decir, Dios deja al descubierto el comporta­miento infiel del pueblo israelita desde que huyó de Egipto. Por eso, con humildad, el Profeta busca las raíces de los males por los que está pasando el Pueblo; y la principal es constatar que han desobedecido al Se­ñor. Encontramos aquí una invitación para no justificarnos fácilmente, reconociendo más bien nuestras culpas y confiando en la infinita misericordia divina.

SALMO Sal 78, 1-5. 8-9

R. ¡Líbranos, Señor, por el honor de tu Nombre!

Señor, los paganos invadieron tu he­rencia, profanaron tu santo Templo, hicieron de Jerusalén un montón de ruinas; dieron los cadáveres de tus servidores como pasto a las aves del cielo, y la carne de tus amigos, a las fieras de la tierra. R.

Derramaron su sangre como agua alrededor de Jerusalén, y nadie les daba sepultura. Fuimos el escarnio de nuestros vecinos, la irrisión y la burla de los que nos rodean. ¿Hasta cuándo, Se­ñor? ¿Estarás enojado para siempre? ¿Arderán tus celos como un fuego? R.

No recuerdes para nuestro mal las culpas de otros tiempos; compadécete pronto de nosotros, porque estamos totalmente abatidos. Ayúdanos, Dios salvador nuestro, por el honor de tu Nombre; líbranos y perdona nuestros pecados, a causa de tu Nombre. R.

ALELUIA Cf. Sal 94, 8. 7

Aleluia. No endurezcan su corazón, sino escuchen la voz del Señor. Aleluia.

EVANGELIO Lc 10, 13-16

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Jesús dijo: ¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros realizados entre ustedes, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y sentándose sobre ceniza. Por eso Tiro y Sidón, en el día del Juicio, serán tratadas menos rigurosamente que ustedes. Y tú, Cafarnaúm, ¿aca­so crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno. El que los escucha a ustedes me escucha a mí: el que los rechaza a ustedes me rechaza a mí; y el que me rechaza rechaza a Aquél que me envió. Palabra del Señor.

Comentario: Son muy duras las palabras de Cristo contra estas dos ciudades, las cuales nos pueden representar si no cree­mos en los milagros que él va cumpliendo en nuestra vida. ¿Qué milagros ha hecho y no he creído? Cada uno en su vida de fe puede decir cuántos son los milagros que Dios ha hecho. Sin embargo, Jesús nos lleva a reflexionar sobre todos esos milagros, esas gracias que Dios nos ha dado, para que se las agradezcamos como verdaderos hijos que aman a su Padre.

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