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Rerum Novarum, the social encyclical of Leo XIII

La promoción de los Derechos Humanos

La promoción de los Derechos Humanos

Chile San Pablo |

Andrés R. M. Motto, CM.

andresmotto@gmail.com

Mis valorados, amigos y amigas, durante este año 2025 venimos presenciando varias guerras en diversas partes del mundo (unas más publicitadas que otras). Asimismo, sigue habiendo distintos gobiernos, de diversas ideologías, que siguen siendo muy cuestionados por su poca ética social.

Todo esto nos lleva a trabajar en la promoción de los Derechos Humanos. Es un tema actual y urgente. Es cierto que hay muchos documentos, tratados y convenciones que los defienden… pero son “derechos frágiles”, es decir, en las situaciones límites la gran tentación es violarlos. Cosa que estamos viendo estos días. Aunque generalmente quienes los violan tratan de esconderlo, de ofenderse ante lo que llaman calumnias mediáticas o contratacan mostrando como sus adversarios los infringen, sin hacer nada por dejar de incumplirlos ellos.

Debemos reconocer que encontramos una gran diversidad de definiciones acerca de los DDHH.  Lo común a todas ellas es afirmar que estos derechos son un don y una exigencia para la humanidad. A mí me gusta definirlos como aquellas atribuciones que posee toda persona por el sólo hecho de ser persona y que deben ser respetados en todo tiempo.

Reconocemos que los DDHH son ante todo una exigencia moral, que necesita una concreción jurídica y que se consolidan cuando cada cultura los asume. Es decir, son un reclamo ético que permiten a las personas vivir en libertad, justicia y solidaridad. Surgen como resultado de la indignación moral frente a los atropellos, sobre todo a los que se ven sometido los individuos y los pueblos. Es decir, la ética definitivamente los fundamenta y la jurisprudencia los implementa. La ley permite que estos derechos sean atribuciones legales, que actúen como dispositivo de defensa de la persona ante cualquier posible atropello. Todos podemos y debemos defenderlos. No podemos quitarnos nuestra responsabilidad afirmando que esto depende de “esferas superiores”. Cada uno, –como individuo y cómo grupo–, puede aportar su “granito de arena”.

Remarco que los DDHH se conservan efectivamente cuando se convierten en un valor cultural. Pongamos un ejemplo, que como decía Napoleón, aclara cualquier teoría: La sensibilidad ética se sublevó frente al atropello de la esclavitud. La solución concluyente no fue tratar mejor a algunos esclavos. De hecho, mucha gente lo hacía. Pero el mal persistía. Se debió buscar un cambio jurídico: la abolición de la esclavitud. Luego, debió “sostenerse” haciendo de la “igualdad” un valor cultural. La historia nos muestra que, aunque la esclavitud estuvo abolida, tardó mucho tiempo para que las discriminaciones por el diverso color de la piel se erradicasen. Es cierto que en algunos países esta discriminación se sostuvo mucho más tiempo… y todavía.

Vivimos en un mundo donde se vinculan numerosas culturas y subculturas que multiplican los sistemas de creencias y códigos sociales. Esto no es un mal sino una riqueza, aunque no siempre sea sencillo compatibilizarlas. La cuestión es no renunciar al diálogo sincero. Los DDHH deben estar presentes en el diálogo pluricultural. Como sostenía Karl-Otto Apel (1922 – 2017) toda persona está dotada de una “competencia comunicativa” que se efectiviza, por ejemplo, en la formulación de valores. Ya que la formulación y defensa de los DDHH no son patrimonio exclusivo de un sector, sino que pertenecen a la totalidad del género humano.

Bajo este aspecto y en este momento histórico me duele la actitud de Israel. Frente a Palestina (y otros lugares) ha tenido violaciones evidentes a los DDHH. Cada vez que se le reprochaba esta actitud, respondían agrediendo al interlocutor llamándolo “antisemita”. No señores, ningún país ni ningún grupo se puede escapar de la obligación de mantenerse dentro de los DDHH. Nadie está exceptuado de cumplirlos. Cuando alguien se siente inmune o sostiene que nadie tiene derecho a reclamárselos bajo pena de ser destruido por el periodismo, esa excepción es sólo un instrumento para lastimar a la humanidad. El próximo mes la seguimos.

Les comparto algunas preguntas: ¿Cómo defiendo los DDHH en la actualidad? ¿Soy de excluir a los otros? ¿En qué podría mejorar? En mi ámbito cercano ¿cuáles son los problemas más frecuentes vinculados a los DDHH?

 

 

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