Voluntario es una persona con un alto sentido de la solidaridad, que se compromete a ir en ayuda del prójimo, integrándose a organizaciones sociales sin fines de lucro, instituciones, proyectos, asociaciones o fundaciones, con el objetivo de colaborar en diversas actividades sin recibir beneficios económicos u otro tipo de compensación.
La palabra proviene del latín voluntarius, que significa voluntad o por propia elección. Este verbo latino se origina a partir del sustantivo latino voluntas, que significa voluntad o deseo.
Un voluntario entrega generosamente su tiempo, experiencia y entusiasmo, asumiendo una diversidad de tareas en diferentes ámbitos: ambiental, comunitario, cultural, deportivo, educativo, protección civil, sanitario, discapacidad, migración, reclusos y exreclusos, personas sin hogar y tercera edad, por nombrar algunos.
Existe una gran variedad de opciones para sumarse a un voluntariado, tantas como necesidades existen en la sociedad: apagar incendios y asistencia en desastres naturales, promover la donación de órganos, cuidar el medio ambiente, la flora y la fauna, construcción de viviendas, asistencia y apoyo en centros de salud, recolección y reparto de alimentos, brindar atención y cariño en hogares de menores, preparar un plato de comida, curar heridas, cuidar niños desamparados, atender a personas con movilidad reducida, ancianos en situación de calle, asistencia domiciliaria a enfermos crónicos o postrados, asistencia a niños quemados, etc.
Ser voluntario, junto con producir un cambio en las personas a las que ayudamos, nos cambia también a nosotros, haciéndonos más sensibles, más humanos, más cristianos, experimentando otro nivel de Iglesia.
Desde estas páginas saludamos a todas las personas que ejercen voluntariado en nuestro país y en el extranjero, reconociendo y valorando el significativo aporte que realizan al servir desinteresadamente al prójimo.
De manera especial vaya nuestro reconocimiento y felicitaciones a los voluntarios de los comedores parroquiales y a sus bienhechores, quienes, diariamente, con mucho esfuerzo y cariño, preparan un plato de comida a personas necesitadas. Que Dios bendiga abundantemente su generosidad.
En Jesús, María y Pablo,
El Director.