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Rerum Novarum, the social encyclical of Leo XIII

“Los apóstoles dijeron al Señor: ‘auméntanos la fe’”

“Los apóstoles dijeron al Señor: ‘auméntanos la fe’”

Chile San Pablo |

P. Fredy Peña T., ssp

Los discípulos de Jesús han de consignar, en el servicio al Reino de Dios, un estilo de vida cristiana que posee un denominador común: la entrega y generosidad a las cosas de Dios que solo es posible desde la fe. Sabemos que por la fe en Dios existe el amor cristiano en nuestros corazones, la esperanza y la inteligencia espiritual. Y también por la fe existe nuestra vocación a la Vida eterna. Además, en el servicio al Reino nadie está exento de desviarse del camino y asumir actitudes contrarias a los valores del Reino. Como creyentes, somos conscientes de que caer en esos “antivalores” es ocasión de escándalos y produce en otras personas un rechazo al Evangelio de Jesús.

En este sentido, los dichos de Jesús hacia los fariseos, que creían merecer la salvación por practicar algunas buenas obras, ayunos y oraciones prescritas por la ley, acentúan la gratuidad de la salvación, la necesidad de revitalizar la vida de fe y la importancia de entregarse por entero al servicio del Reino de Dios. No obstante, para esa entrega incondicional se necesita el don de la fe, que como don de Dios y la virtud ha de ser objeto de petición constante en la oración y llegar a decir como los Apóstoles: Señor, auméntanos la fe.

El Señor nos enseña que una fe genuina es capaz de obrar portentos, como lo ejemplifica en el caso de arrancar una morera y trasplantarla en el mar… Es decir, quiere que sus discípulos se comprometan con un cambio radical en sus vidas hacia una fe auténtica y fiel, que acoja sin doblez su predicación. Porque la fe no es un shopping de ventajas temporales ni privilegios o un talismán para blindarnos de los problemas sin un costo adicional, sino que, como el ejemplo puesto por Jesús de los servidores, es saber quién es nuestro Señor y abandonarnos totalmente en sus manos y a su servicio. Tampoco que la fe sea un mercantilismo espiritual: Yo te doy y tú me das… No. Decía san Bernardo: “El verdadero amor no se queda sin recompensa, pero no vive para la recompensa”. En efecto, la verdadera fe no consiste en realizar obras espectaculares sino en plasmar en la propia existencia la vida de Cristo.

‘Somos simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber’”, (Lc 17, 10).

 


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